El arroz es un alimento esencial en la dieta de millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, su cultivo tradicional presenta desafíos significativos, especialmente en términos de consumo de agua y emisiones de gases de efecto invernadero. Afortunadamente, innovaciones recientes están revolucionando la producción arrocera, haciéndola más sostenible y eficiente.
El Desafío del Cultivo Tradicional de Arroz
Tradicionalmente, el arroz se cultiva en campos inundados, un método que garantiza el control de malezas y proporciona un entorno adecuado para el crecimiento del cultivo. Sin embargo, este enfoque tiene desventajas notables:
- Alto Consumo de Agua: Se requieren aproximadamente 2.500 litros de agua para producir un kilogramo de arroz. Esta demanda es insostenible en regiones afectadas por la escasez hídrica.
- Emisiones de Metano: Los campos inundados crean condiciones anaeróbicas que favorecen la producción de metano, un gas de efecto invernadero con un impacto significativo en el calentamiento global.
Sistema de Intensificación del Cultivo de Arroz (SRI)
En respuesta a estos desafíos, se ha desarrollado el Sistema de Intensificación del Cultivo de Arroz (SRI), una metodología agroecológica que optimiza el manejo de plantas, suelo, agua y nutrientes. Implementado en más de 60 países, el SRI ha demostrado ser efectivo en:
- Reducción del Uso de Agua: Al mantener el suelo húmedo en lugar de inundado, se puede disminuir el consumo de agua hasta en un 50%.
- Incremento de Rendimientos: Los agricultores han reportado aumentos en la producción de entre el 20% y el 50%, e incluso más en algunos casos.
- Disminución de Insumos: El SRI permite reducir el uso de semillas en un 90%, y la dependencia de fertilizantes químicos en un 20% a 100%.
Innovaciones en Chile: Adaptación al Cambio Climático
En la región de Ñuble, Chile, investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Quilamapu, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), están implementando el SRI para enfrentar la disminución de precipitaciones y la escasez de agua. Este enfoque incluye:
- Siembra en Seco Modificada: Utiliza un 50% menos de semillas y elimina la necesidad de inundar los campos, reduciendo el uso de agua en más del 50%.
- Espaciamiento entre Hileras: Cultivar a 30 centímetros entre hileras facilita el uso de maquinaria desmalezadora, optimizando la aplicación de agroquímicos y mejorando la oxigenación del suelo.
Beneficios Ambientales y Económicos
La adopción del SRI no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también ofrece ventajas económicas para los agricultores:
- Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero: Al evitar la inundación continua, se disminuyen las emisiones de metano hasta en un 70%.
- Aumento de Ingresos: Los mayores rendimientos y la reducción en el uso de insumos se traducen en una mejora significativa de los ingresos para los productores.
La implementación de sistemas innovadores como el SRI representa un avance crucial hacia una producción de arroz más sostenible y resiliente. Estas prácticas no solo abordan los desafíos actuales relacionados con el cambio climático y la escasez de recursos, sino que también promueven la seguridad alimentaria y el bienestar económico de las comunidades agrícolas.